La instalación de sistemas de protección contra incendios es clave para prevenir pérdidas humanas y materiales en el caso de que se produzca un incidente relacionado con el fuego. Sin embargo, es necesario conocer que hay diferentes tipos de incendios para tomar las medidas más adecuadas.
En este artículo haremos un recuento de los principales tipos de incendios que pueden tener lugar en edificios y otras estructuras, y presentaremos recomendaciones para la extinción de cada uno, de acuerdo con el tipo de fuego.
Existen diferencias en el fuego que se origina de diferentes compuestos y esa es la razón de que haya una clasificación de tipos de fuego, así como también hay categorías para el riesgo que conlleva cada uno.
Tipos de fuego
Según el tipo de combustible o el material que produce el fuego en una edificación, existen:
- Fuego originado por sólidos comunes
- Fuego causado por la combustión de líquidos y gases inflamables
- Fuego originado por equipos eléctricos
- Fuego iniciado por metales combustibles
- Fuego originado por combustión de aceites y grasas
Métodos de extinción de incendios y cómo apagar fuego
Como proceso, la combustión y origen del fuego requiere diferentes elementos:
- Un combustible, que será el material que arderá.
- Un comburente, que provocará y alimentará las llamas y generalmente es el oxígeno.
- Energía de activación, que por lo general es el calor que provoca la combustión.
Con base en los tipos de fuego, en México existen normativas emitidas por la Secretaría del Trabajo y Prevención Social que definen los diferentes tipos de incendios y, al ser un tema de carácter global, diferentes instituciones internacionales se alinean para ofrecer un marco común de acción contra este tipo de fenómenos. En España, el Instituto de Estudios Empresariales (INESEM), vinculado a la Universidad de Nebrija, dispone de una lista que contiene los lineamientos válidos en ese país para la extinción de fuego de diferentes clases.
¿Qué métodos para la extinción de incendios existen?
- Eliminación del combustible: se aplica cuando se retira el combustible del proceso, por lo que no existirá un material que pueda entrar en combustión para mantener vivas las llamas.
- Sofocación: el fuego funciona de forma similar a la de un ser vivo, necesita energía para mantener su actividad; en el caso de un incendio, ésta proviene del comburente, que suele ser el oxígeno, si se elimina el oxígeno del ambiente en el que el fuego se produjo, el incendio se extinguirá.
- Inhibición: consiste en la eliminación de la reacción en cadena que inicia el fuego, bien sea por haber evitado el calentamiento y absorción de energía del combustible o por provocar la desaparición del comburente.
- Refrigeración: para extinguir el fuego a través de un proceso de refrigeración, es necesario que el agente extintor absorba calor proveniente de la combustión que provoca el incendio; al reducir la temperatura y la energía de la que el fuego se alimenta, este comenzará a extinguirse.
¿Qué sistemas son recomendados para apagar cada tipo de fuego?
Hay diferentes formas de anticiparse a las posibles consecuencias de un incendio, pero todas responden a dos categorías: la protección pasiva y la protección activa, cuyas diferencias presentamos en un artículo anterior.
La instalación de un sistema de rociadores contra incendios forma parte de la protección activa, y con anterioridad hemos presentado especificaciones que mejoran su eficacia; sin embargo, en caso de que se produzca una situación de emergencia por causa de un incendio conviene conocer las mejores opciones para extinguir rápidamente el fuego, sin importar su naturaleza. A continuación, presentamos una lista de alternativas:
- Incendios clase A (causados por sólidos comunes): son eficaces los extintores de agua, espuma, fosfato de amonio y químicos húmedos.
- Incendios clase B (causados por líquidos y gases inflamables): se recomiendan los extintores de espuma, fosfato de amonio y polvo químico seco en general.
- Incendios clase C (causados por equipos eléctricos): son recomendables los extintores de dióxido de carbono o polvo químico seco, pues los extintores que emplean agentes húmedos conllevan riesgo de electrocución.
- Incendios clase D (causados por metales combustibles): la opción recomendada son los extintores de polvo seco, con base de cloruro de sodio, grafito granular graduado o compuestos de fósforo; en este caso es necesario consultar que el agente extintor esté listado para uso en incendios que tienen como combustible un metal específico.
- Incendios clase K (causados por combustión de aceites y grasas): se recomienda el uso de extintores de químicos húmedos, que utilizan soluciones de agua y acetato de potasio, carbonato de potasio o citrato de potasio).
En la mayoría de los casos, un sistema de rociadores contra incendios funcionará al mismo tiempo como un sistema de protección contra incendios, pues son diseñados e instalados para aumentar el tiempo de reacción con el que cuentan los ocupantes de un edificio si se produce un incendio, sin importar el tipo de fuego. En el caso de las edificaciones habitacionales y las instalaciones de riesgo ligero contra incendios, BlazeMaster® CPVC ha sido probado durante décadas, con resultados favorables y diferentes ventajas en comparación con el uso de tuberías metálicas. Ponte en contacto con nosotros si necesitas más información sobre el uso de CPVC en estas instalaciones.
