Antes de comenzar la actividad en una obra de construcción, los propietarios, diseñadores y la empresa contratada deben abordar y cubrir aspectos clave que van desde cálculos y temas legales hasta la selección de materiales para garantizar la calidad, el cumplimiento del presupuesto y la finalización dentro de los plazos previstos para el trabajo que se realizará.
En esta fase de análisis entran todos los sistemas que se integrarán en la edificación, incluso los relacionados con seguridad, como las instalaciones de rociadores contra incendios.
Entre los planos, documentos y formatos que se desarrollan antes de comenzar los movimientos de tierra para los cimientos de estructuras nuevas o las adecuaciones para una remodelación se encuentra la llamada “memoria descriptiva”.
Ese documento sirve como una recopilación de información técnica con datos que detallan el alcance del proyecto, su uso a futuro, los recursos necesarios para la ejecución de la obra y el tiempo estimado de trabajos en el lugar, junto con otras informaciones relevantes.
Al momento de desarrollar y analizar la memoria descriptiva, propietarios y diseñadores acuden a los llamados “especificadores”, “epecistas” o “contratistas”, como son llamados en diferentes partes del mundo los asesores.
La clave del trabajo de estos asesores es que presentan sugerencias, datos y justificaciones en forma de cifras y cálculos para:
La memoria descriptiva suele ser presentada cuando el diseño de la edificación está aprobado por propietarios e inversionistas y complementa los requisitos que exigen las autoridades para aprobar el proyecto y autorizar el comienzo de las obras.
Los especialistas con los que trabajan los diseñadores son ingenieros, por lo general de firmas independientes, que conocen a detalle las características del mercado regional, las normas exigidas en la jurisdicción y la disponibilidad de proveedores para las diferentes piezas y materiales que el proyecto requiera.
La especificación, en resumen, se refiere a la recomendación que las firmas consultadas por las empresas constructoras hacen conforme a los estándares que manejan y se fundamenta en cálculos, características de materiales, la información detallada del proyecto y los estándares de operación de los sistemas de servicios públicos en la localidad.
Utilizando como ejemplo el caso concreto de las instalaciones hidráulicas para rociadores contra incendio, la especificación de un material es resultado de los cálculos hechos por los contratistas para determinar si una pieza o una serie de componentes resistirán las condiciones de presión y temperatura a las que serán sometidos cuando estén en uso.
Es una “recomendación justificada” con base en el conocimiento de los materiales y sus propiedades.
En el caso de la prevención y los sistemas contra incendios, muchos países suelen regirse, o toman como fundamento, las normas existentes en Europa y Estados Unidos, principalmente de la NFPA, como criterios para la autorización de uso en edificios.
El uso de CPVC se ha hecho común y ha reemplazado en muchos casos a las tuberías de metal como material para las instalaciones contra incendios en sistemas fijos de extinción, por las ventajas en inversión, facilidad para instalar y durabilidad:
Los beneficios del uso de CPVC y la evolución tecnológica de los materiales provocan que cada vez sea más común encontrar especificadores y contratistas que recomienden el termoplástico como la mejor opción para instalaciones de sistemas fijos contra incendios.
BlazeMaster® ha demostrado durante décadas su resistencia a altas temperaturas y eficacia al ser empleado en instalaciones de riesgo ligero contra incendios.
En Lubrizol® tenemos la capacidad de proveer los materiales necesarios para la ejecución y finalización de tu obra de construcción, cumpliendo los plazos y presupuestos estipulados. Ponte en contacto con nuestros especialistas para obtener la asesoría que requieres o conocer dónde comprar la tubería contra incendios que buscas.
Lecturas de interés: