En las instalaciones contra incendio hay una serie de componentes o piezas imprescindibles para edificaciones de uso habitacional o comercial que garantizan el funcionamiento del sistema en situaciones de emergencia.
Los componentes se pueden dividir len tres categorías: los de detección y alerta, el grupo de presión y el equipo preventivo. A continuación, haremos una revisión de las piezas en cada una:
Suelen ser elementos visibles del sistema y se utilizan en espacios con presencia habitual de personas. Incluyen:
Los detectores de humo, alarmas y rociadores contra incendios son generalmente partes conocidas por la mayoría de las personas. Sin embargo, hay otros elementos clave para que un sistema contra incendios cumpla sus funciones: sin un grupo de presión, el abastecimiento de agua no se produciría y la instalación no sería eficaz.
>> Te puede interesar ¿Por qué utilizar CPVC
en un sistema contra incendios? <<
Es el sistema de bombeo, que se instala en un área especial y está fuera del alcance regular de la mayoría de las personas.
Incluye las bombas que proporcionarán la presión y caudal suficientes para que el agua fluya a las tuberías y llegue a los aspersores que la rociarán sobre el fuego. Un grupo de presión varía según las necesidades de cada instalación, pero todos tienen componentes básicos y casi siempre cuentan con 2 o 3 bombas.
Suministra el agua necesaria para la instalación, considerando el caudal y la presión adecuadas; cuando se activa sólo es posible detener su funcionamiento de forma manual.
Sustituirá a la bomba principal como elemento proveedor de agua si la bomba principal falla; se activa con un sistema independiente del que hace funcionar la bomba principal.
Es la tercera bomba y se conoce también como bomba Jockey. Funciona regularmente como un equipo que mantiene la presión del agua en el día a día.
La bomba Jockey cubre las necesidades adicionales si llega a haber fugas en el sistema hidráulico, pero su encendido y apagado se hacen manualmente.
En un grupo de presión con 2 bombas, cada una debe tener la capacidad de proveer el 100% de la presión y el caudal que requiere el sistema; así, si una falla, el riesgo estaría cubierto.
En grupos de presión con 3 bombas, cada una puede proveer 50% del caudal y presión total necesarios: una de ellas podría fallar, pero las otras dos tendrán capacidad para suministrar el agua necesaria.
En el control del funcionamiento de las bombas hidráulicas intervienen otros componentes, que describimos a continuación.
Regulan el sistema y recogen la información técnica de las bombas para transmitirla a la central de incendios.
Son interruptores automáticos que actúan según la presión, controlan la activación de las bombas y se instalan en pares para que, cuando la presión baje de un límite definido, las bombas se activen.
Debe tener capacidad suficiente para abastecer el agua necesaria; la reserva de agua se calcula en función del riesgo de incendios, para proporcionar el caudal requerido durante 1 hora, 90 minutos o 2 horas, dependiendo de las características del edificio.
Evita que la bomba principal trabaje a caudal cero; permite el flujo de pequeñas cantidades de agua para refrigerar la bomba mientras no entra en operación plena.
El equipo de prevención está disponible para su uso durante una situación de emergencia. Lo integran:
En áreas interiores los extintores deben estar a disposición en puntos de entrada y salida de la estructura, a un máximo de 15 metros de distancia cada uno respecto a otro del mismo piso.
También tiene que haber un extintor adicional fuera del edificio, cerca de la puerta de acceso.
Si en el edificio hay material combustible, es necesario contar con gabinetes y mangueras contra incendio que suministren suficiente agua para el control inicial del fuego.
Cuando la altura de un edificio supera los 28 metros, se debe contar con un elevador de emergencia.
Aunque las recomendaciones estipulan el uso de las escaleras en caso de emergencia, un elevador proporciona una capacidad de respuesta más rápida.
Los hidrantes garantizan el suministro de grandes cantidades de agua en poco tiempo para casos de emergencia.
Fuera de un edificio debe instalarse un hidrante por cada 10,000 metros cuadrados de construcción.
Bien sea en instalaciones contra incendio, donde BlazeMaster® ha demostrado su durabilidad y resistencia; en sistemas hidráulicos, en los que FlowGuard® garantiza la distribución del agua potable, o como tubo industrial para diversas aplicaciones, en el caso de Corzan®, el CPVC es un material con rendimiento probado.
Contacta a nuestros expertos si quieres conocer más sobre las tuberías de CPVC, sus propiedades o dónde comprarlas.
Lecturas de interés: